martes, 30 de agosto de 2011

LOS JUGUETES Y EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS


Los juguetes son herramientas esenciales para el buen desarrollo del niño. Juega un papel importante en la formación de los conceptos, aptitudes, expectativas y socialización en los niños.


Desde siempre, los niños han tenido la necesidad de una actividad; de moverse, curiosear, de manipular y experimentar objetos, de crear, de relacionarse, e intercambiar acciones, vivencias y sentimientos.


El juguete adecuado
El juego, además de ser una actividad, ayuda al niño a desarrollar todas sus funciones psíquicas, físicas y sociales. Los niños desarrollan las múltiples facetas de su personalidad: aprenden a relacionarse con el entorno, desarrollan sus aspectos más creativos y perfeccionan sus múltiples habilidades ayudándoles a canalizar tanto su energía vital física, como la mental y la emocional.
Todo esto es de gran ayuda en su desarrollo integral como personas completas, facilitándoles también su integración en el entorno social en el que se mueven.



Es por todo ello por lo que es imprescindible buscar el juguete adecuado a cada edad y momento, y ser muy conscientes del papel que tendrá en el desarrollo del niño.
El juego cambia a la medida que el niño va creciendo. Pronto el niño estará representando personajes y podrá expresarse y comunicarse libremente; además establecerá reglas en los juegos, ejercitando su capacidad de autocontrol y autonomía

LA VISIÓN DE NIÑOS Y BEBÉS


La detección temprana de los problemas de visión de los niños es importante para su corrección futura. Por tanto, si crees que tu hijo no ve correctamente, consulta con su especialista lo antes posible. Estar atento a cualquier señal que indique una visión deficiente podrá ahorrarle problemas en el presente y en el futuro.


Los especialistas en oftalmología recomiendan que la vista del niño sea revisada con regularidad. En principio, debe ser su pediatra quien realice los controles iniciales.


Revisiones periódicas
A partir de los 3 años de edad, conviene que un oftalmólogo le explore el fondo del ojo y calibre su agudeza visual. En adelante, sólo deberá someterse a una revisión de control anual. Aunque el niño no se queje o presente señales de perturbaciones en su visión, la visita al oftalmólogo es la mejor forma de prevenir posibles alteraciones. Cuanto más temprano sea detectado el problema, más fácil será corregirlo. Los estudios señalan que, aproximadamente, un veinte por ciento de los niños necesita alguna corrección visual.


Examen de la vista del bebé y del niño, según la edad
La Academia Americana de Oftalmología (American Academy of Ophthalmology) afirma que la detección y el tratamiento temprano de muchas enfermedades, que ponen en peligro la vista, son imprescindibles para curar o disminuir la progresión de la pérdida de visión. Esta prevención de las patologías visuales infantiles debe realizarse a través de los exámenes de rutina del ojo para examinar la agudeza visual y, siempre, en caso de traumatismo.


Cuando nacen, los bebés ya reciben un examen completo de la morfología ocular. Más adelante, es aconsejable que los niños pasen su primera revisión completa de los ojos a los tres años de edad. Antes de esa edad, los exámenes más profundos solo se realizan cuando existe alguna condición específica o antecedentes familiares de problemas de la vista. A partir de los cinco años de edad, es recomendable que el niño acuda a las revisiones visuales, una vez al año.



Síntomas de problemas visuales en el niño o bebé
Sentarse muy cerca de la televisión, quejarse constantemente de dolor de cabeza y de ojos cansados, escribir cada vez más cerca del papel, sentir dificultad de leer a distancia, entornar los ojos para ver algo que está alejado, perder el interés por la lectura y los estudios, tener dificultad para correr, parecer torpe en los movimientos y presentar excesivo lagrimeo y escozor en los ojos, son algunas señales que te pueden ayudar a identificar el problema visual de tu niño o niña.


¿Cómo reconocer un defecto visual en el bebé?
Además de estos síntomas, existen otros que puedes identificar directamente porque están relacionados con la apariencia de los ojos como:
- Cuando los ojos del bebé tiemblan o se desvian sin motivo alguno.
- Cuando los ojos no siguen la cara ni la voz de los padres.
- Cuando las pupilas de los ojos son demasiado grandes o pequeñas.
- Cuando las pupilas de los ojos no son escuras y sí opacas, como si tuviesen un filtro nublado.
- Cuando los ojos no se presentan alineados y, en cambio, bizquean hacia dentro o hacia fuera.


La primera visita al oculista
La primera visita al medico oftalmólogo debe ser realizada tan pronto sea necesario. Algunos motivos de consulta con el oftalmólogo son:
- Cuando tu hijo parece que no ve bien. Notas que realiza mucho esfuerzo para leer o ver de lejos.
- Cuando la alineación de los ojos no es correcta. Presenta desvios y sospechas de estrabismo.
- Cuando existen antecedentes familiares de alteraciones en la visión.
- Cuando tenga de 2 a 6 años para realizar una revisión completa, aunque no hayamos detectado nada anormal

CONSEJOS PARA VESTIR A NUESTROS NIÑOS

¿Cuál es la ropa adecuada para nuestros niños? Como padres tenemos diferentes opciones, visitar una tienda de ropa para bebé y para niños es un momento que resulta agradable, especialmente para los futuros padres, quienes se encuentran maravillados por los curiosos y diversos modelos para niños y niñas, entran en confluencia nuestros gustos, eso sin duda, es algo común en los padres pero negativo en algunos casos puestos que no siempre lo que nos gusta es lo mejor para nuestro niño.




Por ello en esta sección brindamos aquello que debemos tener en cuenta al escoger la ropa ideal para nuestros niños, guiándonos de tres premisas básicas: La comodidad que ofrece el producto, la calidad y la temperatura o temporada.


Por ejemplo, en verano, la ropa ideal es aquella ligera, de algodón y sin mangas que a la vez le brinde comodidad al niño, que le permita moverse y desplazarse, comprarle ropa muy a su medida o ajustada hará más difícil la práctica espontánea y libre de destrezas motrices que el niño necesita desarrollar, los enterizos son los diseños prácticos e ideales para los bebés.


En invierno, se recomienda ropa acolchada o con mangas, polares, enterizos de algodón con manga larga. Especialmente cuando el niño es muy pequeño y la piel es más sensible se debe evitar ropa con lana, pues podría producir irritación.


Además de la estación del año, se debe tener en cuenta que especialmente en los primeros años, los niños crecen muy rápido, siempre es bueno comprarle ropa que pueda utilizar en los próximos meses.


Si el niño desea alguna ropa en especial, conviene llegar a un acuerdo en conjunto con los padres, esto es en el caso de los niños mayores que desean afirmar sus gustos y preferencias y es un derecho pues son ellos quienes lucirán las prendas, es conveniente que desde pequeños se les brinde opciones y vayan aprendiendo, desde pequeños, a tomar decisiones.

jueves, 25 de agosto de 2011

Nos despierta llorando


Tengo un bebé de dos años y medio que siempre ha dormido de maravilla, incluso siendo un bebé, pero últimamente no hace más que despertarse por la noche llorando o llamándonos a uno de los dos. Es un poco desesperante, porque no paramos de levantarnos y a veces por cansancio la dejamos que se venga a nuestra cama, donde se duerme inmediatamente. Hemos leído que esto no es bueno y, por otra parte, tampoco es solución, porque nosotros tampoco descansamos bien. Nos gustaría saber por qué pasa esto y qué podemos hacer”


Lo que le pasa a tu bebé es muy normal. A esta edad los niños son como una esponja que todo lo absorbe. No quieren perderse nada y su ritmo de actividad es muy rápido, entienden ya muchas de las cosas que pasan, pero otras les resultan todavía incomprensibles y no saben muy bien cómo o dónde encajarlas. Todavía no son capaces de asimilar toda la infinidad de experiencias e impresiones que vive a lo largo del día… y por la noche su pequeña cabeza no deja de funcionar, recordando y tratando de ordenar todo lo que ha pasado. Y hay sueños que les asustan o sobresaltan dando lugar, o bien a que lloren y gimoteen dormidos, o bien a que se despierten con miedo llamando a sus padres.


En ambos casos necesitan que papá o mamá acudan a su lado y les tranquilicen con caricias, un canturreo o susurros. Si están dormidos eso será suficiente, pero si se han despertado… eso es otra cosa. Entonces habrá que quedarse un rato a su lado, hasta que vuelvan a conciliar el sueño (por desgracia, un sueño a menudo muy ligero, especialmente a partir de las 4 o las 5 de la madrugada, cuando ya han dormido unas cuantas horas).


Hay algunos pequeños trucos que pueden ayudar bastante: darles algo de beber, agua o un poco de leche tibia, pues eso siempre relaja; dejar encendida una luz tenue, indirecta, por ejemplo la del baño con la puerta entornada o una comprada para tal efecto; no darles conversación ni jugar, hablarles bajito y no encender luces fuertes, para que sepan que todavía es de noche y hay que seguir durmiendo; poner en sus brazos su peluche o muñeco preferido, para que se sientan seguros y acompañados. Finalmente, hay que tener paciencia, porque lo cierto es que los miedos nocturnos desaparecen tan de improviso como aparecen, lo que nunca se sabe es lo que pueden durar…


En cuanto a lo de meterse en vuestra cama… a veces es inevitable, pero procurad que no se convierta en una costumbre. Para ello es esencial que el bebé se duerma siempre en su propia cama, que la identifique con el sueño, después de seguir un ritual relajante y compartido (por ejemplo: baño, cena, cuento y dormir).



Los gritos y regaños a los niños


Un niño de corta edad suele ser muy sensible a los gritos. Son amenazadores y asustan. Por eso, pueden resultar eficaces. Ahora bien, en las virtudes del castigo se encuentra su mayor debilidad. Como elevar la voz es fácil, la tendencia es a chillar mucho. Y llega un momento en que no asustamos a nadie. Los niños siguen haciendo lo que les viene en gana en un ambiente de gritos insoportable. Para que el grito sea efectivo, gritemos poco, lo menos posible.


Guardemos nuestros gritos para los momentos de peligro inmimente: “¡Niño, no cruces!”. Y nunca como la culminación de un proceso de irritación creciente porque los niños pronto sabrán que mientras no chillemos, no toca obedecer: “Niño, por favor apaga la televisión… apaga, por favor… te he dicho que apagues… ¿me oyes? ¡apaga ya! ¡¡¡apaa-aaa…gaü!”. Pegar voces a diestro y siniestro no sirve de nada.


Las mujeres, tenemos tendencia a usar y abusar de las regañinas: regañando a los niños, al marido, a quien haga falta. Y si reflexionamos fríamente sobre el asunto, deberemos reconocer lo poco que logramos con nuestras constantes llamadas de atención. “Nunca me ayudas…” Y después de reñir y gruñir, terminamos preparando la cena, poniendo la mesa y llenando el lavaplatos. “Nunca recoges tus cosas…” Y, hartas de encontrarnos su habitación hecha una leonera, nos armamos de valor y ponemos orden en el caos. A las regañinas, les pasa como a los gritos. A medida que transcurre el tiempo, van perdiendo gas. Se vuelven inútiles, un simple ruido de fondo, una manía de mamá. Sólo alcanzan cierta efectividad cuando son contundentes. Y con decir las cosas una vez, basta.


Madres posesivas


La relación simbiótica que se establece entre una madre y su hijo puede llevarla a experimentar sentimientos de pertenencia muy fuertes. Dando vida a otro ser, ella siente como si se desdoblara. Pero ese desdoblamiento no existe más que en su fantasía, pues desde el mismo momento de la concepción, el ser que ella acogió en su vientre gozó de entidad propia. Un ser diferente tanto de su madre como de su padre, por mucho que se le parezca. El deseo inconsciente de muchas mujeres de dar a luz un bebé que les pertenezca en exclusiva es una realidad. Entender esta situación y aceptarla para mejor combatirla es de vital importancia.




Cuando nace, el bebé es capaz de reconocer a su madre por la voz y el olor. Con ella está mejor que con nadie: ella le da su leche, su calor, su afecto. Por su parte, al dar a luz, la madre se siente como vacía. Extenuada física y psíquicamente. Responder a las demandas del bebé le resulta trabajoso. Y más si es primeriza: está cansada, tensa, se siente inexperta y confusa respeto al trato con el recién nacido. “Las primeras semanas fueron tan difíciles para mí que empecé a dudar de mi capacidad para ser madre. En la calle, observaba a las mamas con sus bebés más mayores con envidia y admiración: ellas sí habían estado a la altura de las circunstancias…”, recuerda una mamá.




Pero pronto, la situación evoluciona. La madre empieza a entablar con su bebé una relación muy especial. Y en la mayoría de los casos, bastante exclusiva. El se ha convertido para ella en el centro del universo y el objeto de todos sus intereses o preocupaciones. “Más de una vez, me llegué a sentir incómodo con los amigos que venían a vernos. Mi mujer no era capaz de hablar de otra cosa que no fueran partos, bebés, biberones y pañales”, comenta un papá. El mundo se ha reducido de tal manera que convivir con ella resulta un tanto sofocante para quienes no tienen hijos. Y su total entrega al bebé puede convertirse en un motivo de celos para el joven padre que apenas reconoce a su compañera de antes.




La madre y el bebé viven un auténtico idilio. Delegar en el padre o en algún otro familiar las tareas de la crianza no suele ser de su agrado. Volver al trabajo puede que le cueste un gran esfuerzo. Su vida profesional ha pasado a un segundo plano en beneficio de la relación con su bebé. Lejos de él, está a disgusto. Se preocupa… ¿No le faltará de nada? ¿Estará tan bien atendido como con ella? “Mi madre me hizo notar que cuando llegaba a casa después del trabajo, lo primero que hacía era quitarle la chaqueta a mi hija diciendo que tenía mucho calor. En realidad, quien tenía calor era yo porque volvía en bicicleta”, cuenta Alejandra. Con esta inocente conducta, Alejandra expresaba sentimientos más profundos: su secreto convencimiento de que sólo ella era capaz de entender a su hija y de cuidarla.


¿Se deduce de esto que es una madre posesiva? De ninguna manera. Durante el primer año, el bebé necesita protección y muchos cuidados. La actitud de su madre es la adecuada. Pero esa actitud ha de evolucionar porque el bebé está “programado” por la naturaleza para convertirse en un ser sociable. Además, la finalidad de todo proceso educativo es enseñar a vivir con autonomía.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Como ayudar a un niño revelde


Aunque en nuestra cultura se supone que los niños aceptan la guía de los adultos, casi todos se rebelan de vez en cuando para mostrar su independencia. Sin embargo, unos cuantos parecen estar en constante conflicto con las figuras de autoridad; discuten, aunque aparentemente no haya razón. No saben lo que quiere decir cooperar y son agresivos y competitivos.


Al niño y al adolescente rebeldes, les encanta dirigirlo todo. Para ellos los adultos representan el principal obstáculo para lograr ocupar su posición de mando y desde el principio rechazan su relativa dependencia de ellos. A casi todos los niños les tranquiliza que cuentan con la guía de los adultos, en cambio al niño rebelde, le incomoda.


Mantiene una actitud negativa aunque no le sea útil. Sus expresiones de enojo no desaparecen. Utiliza sus emociones para demostrar su terquedad. No se da cuenta de lo inadecuada que parece su conducta a los demás. Se interesa más en reclamar sus supuestos derechos, que en controlar su actitud negativa. Prefiere competir que cooperar. Competir es emocionante. No se sabe quién ganará, le gusta medir sus habilidades con los demás.


Aunque la competencia exagerada suele transformarse en agresión y ésta puede provocar la insensibilidad a las necesidades de los demás e impedir que advierta los beneficios de cooperar con otras personas. Decide lo que está bien o mal, según las consecuencias de sus actos.


En general los adolescentes que han madurado, distinguen entre lo que está bien y lo que está mal a partir de razonamientos más elevados que los de un adolescente rebelde. Su empecinamiento y egoísmo, les hace ver las cosas sólo desde su punto de vista. Su insistencia en juzgar sus actos por sus consecuencias y no a partir de razones sólidas provoca muchas discusiones entre padres e hijos.


No reacciona bien a medidas de disciplina normales. Como el niño rebelde sólo ve las cosas desde su punto de vista, les da un valor muy `personal a los premios y castigos que recibe. Saben que a las personas mayores les cuesta trabajo comprender su comportamiento, así que aprovechan el descontrol que provocan cuando intentan manipular a los demás.


- Cómo tratar a un niño rebelde.


En la Unidad familiar debe existir un “cabeza de familia”. Por cultura, norma social o teorías freudianas, esta figura debería ser representada por el padre, quien para corregir una conducta rebelde del niño debe a su vez, modificar la forma de “ordenar”.


Seguramente su hijo ha aprendido a salirse con la suya a pesar de las intimidaciones, críticas, castigos; y sacar provecho de las discusiones y confrontaciones. Los padres tenemos que reconocer que cedemos nuestro propio terreno y acabamos implicados en el de nuestros hijos.


Estos niños saben identificar rápidamente cuando un adulto está descontrolado y con gran habilidad maneja estas situaciones para lograr dominarlo.


La clave siempre reside en el control y en no manifestar las emociones que nos provocan (enfados, chillidos, castigos, etc…). Hay que enseñarles a que sus problemas forman parte de su propia responsabilidad. En cuanto un adulto cambia su actitud ante un niño rebelde, éste se equivoca al pensar que tiene controlada su conducta. Para educar convenientemente a un niño rebelde, debe, como anteriormente he expresado, de responsabilizarse de su comportamiento, hacer que llegue por sí mismo a conclusiones sobre su conducta. Si tratamos de forzarlos a hacer algo, lógicamente fomentamos su reacción contraria. No debemos obligarles a hacer nada, sino darles opciones para que tomen su propia decisión, pero siempre con unas condiciones. Algunos ejemplos: “Si sacas malas notas, harás los deberes antes que nada. Si las notas son buenas, por la tarde haz lo que quieras…” Si llega tarde a casa, la semana siguiente regresará más temprano. Si es puntual, tendrá un horario más flexible. Si se rebela, se irá a su habitación, mientras que si guarda la compostura, podrá expresar libremente sus puntos de vista, etc…


Debemos tener en cuenta que el niño rebelde observa atentamente si sus padres o adultos cumplen o no lo que le dicen. Cuando nosotros no respetamos lo dicho, estos niños evaden su responsabilidad y siguen manteniendo su conducta rebelde. Acordémonos de lo anterior. Las palabras y los actos deben estar en acorde.


Tratar a un niño rebelde suele ser frustrante para los padres, al igual que comunicarse con él. Para esto, la comunicación debe tener dos cualidades:


- Paciencia y


- Oportunidad.


Existen tres sugerencias poder lograr el control de un niño rebelde:


1.- Escuchar, en lugar de intervenir directamente. El niño rebelde necesita que le dejemos expresar todas sus opiniones y emociones, para liberarse de la tensión que guarda dentro. Los adultos podemos ayudarle escuchando atentamente sus reflexiones, independientemente de que estamos o no de acuerdo con ellas.


2.- Predicar con el ejemplo.


3.- Establecer una buena relación antes de cualquier confrontación. Cualquier niño deja guiarse por un adulto y el niño rebelde lo necesita. Si le falta esa guía, su vida puede ser un absoluto fracaso. Por ello, la comunicación debe ser una información útil, es decir, la expresión de una crítica hay que realizarla en el momento oportuno, para que el niño las aprecie constructivamente. Mantener una buena relación es fundamental, e intentar ponernos en su lugar observando la vida desde el punto de vista de ellos.


Cuando el niño siente que el adulto además de comprenderlo lo acepta, entonces aprueba con mayor disposición las críticas, que le servirán para su cambio de actitud.


En resumen; antes de darle consejos para corregirle, hay que escucharle detenidamente.


Si es importante el contacto verbal, igual significación tiene el contacto físico para lograr una buena comunicación, que tanto para el niño como para el adolescente adquiere varios significados. Le da seguridad y sentimiento de que está en presencia de alguien mayor y con más experiencia. La transmisión de afecto muestra disposición a participar de sus experiencias y lograr un vínculo positivo con el niño rebelde.

PREPARANDO AL NIÑO PARA EL INGRESO AL NIDO


-Uno de los problemas más comunes que tienen las madres es la separación con sus hijos, especialmente cuando están próximos a ingresar a un nido o guardería, pues es más que seguro que un ambiente nuevo, con gente extraña, causará un impacto especial en el niño sobretodo si éste no está preparado.


-Imaginemos y por un momento, pongámonos en el lugar de nuestro bebé, hemos crecido hasta ahora al lado de nuestra madre, en nuestro hogar, con nuestra familia y nos sentimos seguros con ellos. Imaginemos ahora que nos llevan a un sitio donde hay muchos niños, quienes en su mayoría lloran por ser el primer día de clases, adultos que no habíamos visto antes y peor aún nos dejan con ellos solos y nuestros padres se van y no regresan hasta después de cuatro horas aproximadamente.


-Luego de ponernos en el lugar de nuestros niños podremos entender el por qué del llanto, es una situación totalmente nueva y estresante. Para el niño menor de un año es difícil desprenderse de su madre o cuidadora porque siente que ésta es parte de él, se ha establecido un vínculo íntimo entre ambos, pero después del año, cuando se va independizando a través de la marcha y de su capacidad de exploración es que este niño va entendiendo que es un ser individual, poco a poco entrará en contacto con los demás objetos y personas. A partir de los 2 años, el niño es más independiente, camina, corre, salta, conversa más, tiene un repertorio más amplio de capacidades, y esto hace que pueda relacionarse y adaptarse a su entorno. En este sentido, busquemos actividades que propicien la socialización del menor, preparándolo para cuando tenga que estar en un ambiente con nuevas personas. Estas son algunas recomendaciones, muy útiles en esta etapa:

-Empiece por realizar juegos que permitan dominar la experiencia de separación, a los 8 meses lo hacíamos tapándonos con una sabanita, ahora lo haremos de manera más elaborada, y con mayores lapsos de tiempo, haciendo uso de sus juguetes, escondiéndolos y luego encontrándolos, jugando a las escondidas con él, es necesario que no solo la madre participe, los demás familiares o personas con las que el niño pasa mayor parte del tiempo, también deben hacerlo. Estas actividades tienen como objetivo que el niño aprenda que los objetos o personas siguen existiendo a pesar de que no las puede ver, sentido de permanencia de objetos.
Si el niño tiene problemas para separarse de la madre, realice lo siguiente: Empiece dejándolo solo por breves periodos en casa, puede ir de compras y decirle que regresará y volverá a estar con él, poco a poco, aumente los lapsos de tiempo. Cuando regrese, demuéstrele mucho cariño y amor, haga que se sienta seguro y querido.
Deje al niño, por breves momentos, en casa de un familiar o un amiguito, comience con separaciones breves que paulatinamente se irán prolongando, todo dependerá de los avances del niño. La idea es que estas visitas se asemejen a los momentos que tendrá el niño cuando ingrese al nido.
Haga que su hijo, esté en contacto con otros niños de su edad, llévelo al parque o reúna a un grupo de niños, de preferencia no hermano ni primos, estimule a que juegue con ellos o que por lo menos tolere la presencia de éstos, que comparta el ambiente aunque juegue solo ya que esto es típico en los niños de 2 a 3 años (juego paralelo), de esta forma lo estará estimulando y preparando para compartir los espacios y las actividades en el nido con otros niños.
Visiten juntos el nido o guardería al cual ingresará el niño, previamente convérsele sobre las maravillosas cosas que podrá realizar en él, jugar y aprender. La idea es que se converse con él al respecto y se desarrolle una actitud favorable hacia el nido.
Estas recomendaciones son importantes, pero más importante es transmitir en el niño seguridad y afecto. Un niño inseguro, temeroso y que siempre ha estado en casa sin conocer a otros niños de su edad tendrá probablemente mayores dificultades para adaptarse a un nuevo ambiente. Es necesario empezar estas actividades desde el primer año de vida, pues a esta edad el niño es más independiente y está empezando la etapa preescolar.

Trastorno de Ansiedad


Es una emoción que se caracteriza por sensaciones displacenteras de tensión y aprensión frente a una situación o estímulo determinado. Comúnmente se puede reconocer por sensaciones de angustia y respuestas de tipo fisiológicas como sudoración en las manos, aceleración de los latidos del corazón y en algunos casos se presenta también voz temblorosa, tartamudez, sensaciones de ahogo, nauseas, tics nerviosos, temblores, movimientos corporales, etc. Todos los niños se sienten ansiosos en algunas ocasiones, generalmente tienen temor a lo desconocido, pero esto suele ser un proceso normal y con un poco de ayuda suele pasar, el problema o trastorno se presenta cuando la ansiedad interfiere en las actividades diarias del niño, y se convierte en un problema mayor como en el caso del trastorno de ansiedad por separación, trastorno de ansiedad generalizada y fobias.


Trastorno de ansiedad por separación: Se caracteriza por una ansiedad excesiva e inapropiada en el niño con respecto a la separación con su hogar o personas con quienes está más vinculado, existe una preocupación excesiva en relación a sus padres y un miedo terrible a que algo lo separe de ellos.


El trastorno de ansiedad generalizado: Se caracteriza por una preocupación excesiva y miedos exagerados que no parecen tener causa justificada. Los niños se preocupan demasiado por hacer las cosas bien, por hechos pasados o futuros, por su desempeño personal, social, etc. Las Fobias: Son miedos exagerados e irracionales hacia ciertos objetos o situaciones específicas.


Entre las principales y más comunes están la fobia social, fobia a la oscuridad, a los animales.


¿Cuáles son las causas del Trastorno de ansiedad?
Existe factores del entorno del niño que influyen en el desarrollo de estos problemas, los hechos traumáticos, maltratos y criticas en el ámbito familiar produce una ansiedad permanente. Por otro lado, si bien es cierto no se clarifica la posibilidad de que el trastorno de ansiedad sea hereditario, existen estudios que señalan que los hijos de padres ansiosos tienen más posibilidad de desarrollarlo.


¿Qué medidas pueden tomar los padres?
Los padres deben estar pendientes y observar la conducta del niño. Se debe procurar que el ambiente del niño sea tranquilo, libre de violencia, maltratos, descalificaciones, de igual forma evitar la sobreprotección y buscar que el niño desarrolle habilidades personales y sociales necesarias para afrontar cualquier situación novedosa. Si se observa indicadores de un trastorno de ansiedad es necesario consultar a un especialista o psicólogo infantil para realizar la intervención adecuada.

viernes, 12 de agosto de 2011

Asma en los bebés y niños

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias caracterizada por episodios recurrentes obstructivos.




La inflamación de las vías aéreasprovoca contracciones en los músculos lisos que rodean los tubos bronquiales con su consecuente estrechamiento lo que dificulta la respiración. De allí que el enfermo emita un sonido sibilante característico del asma durante la exhalación.


Aunque aproximadamente el 85 porciento de asmáticos correctamente tratados dejan de tener síntomas al cabo de un período variable de años (incluso en muchos casos mejora en la pubertad) no se debe dejar al niño sin tratamiento a su libre evolución.




Los factores que precipitan las crisis de asma son:
* Infecciones víricas
* El humo del tabaco
* Gases que emanan de pinturas sintéticas
* Los irritantes en general
* El ejercicio y las emociones
* Inhalar aire frío
* Reacciones alérgicas a ciertos alimentos, medicamento polen, esporas, pelo de algunos animales, ácaros, polvo y cucarachas.




Síntomas:
* Tos
* Un sonido de silbido o pito que al exhalar
* Dificultad respiratoria
* Opresión torácica




Su frecuencia e intensidad varían de acuerdo con el tipo de asma de que se trate. Existen cuatro tipos de asma infantil:




Episódica ocasional:
Son crisis que se presentan con un máximo de cuatro o cinco crisis por año y períodos largos asintomáticos. Estos niños tienen buena tolerancia al ejercicio físico. Estos episodios pueden desaparecer en cualquier momento y no revestir más complicaciones en el día de mañana.




Episódica frecuente:
Aparecen cada dos meses aproximadamente, con un máximo de seis u ocho crisis al año y sibilancias con esfuerzos bastante intensos. Conviene tener todo a mano para cuando se inician las episodio de asma.




Persistente moderada:
Suele haber una crisis mensual aproximadamente con cierta tendencia a presentarse durante la noche.




Persistente grave:
Se manifiesta con episodios frecuente síntomas nocturnos más de dos veces por semana y sibilancias con esfuerzos.




Diagnótico y tratamiento:
El doctor diagnosticará el asma con base principalmente a los síntomas y a los antecedentes familiares.
Él médico puede solicitar la realizacón de un análisis de sangre, que pueden presentar la elevación de un tipo de glóbulos blancos, los eosinófilos, y también se eleva la inmunoglobulina E.
Una vez diagnosticado el asma, el doctor puede basar su tratamiento en tres partes fundamentales siendo la primera la educación del niño así como de su la familia. La segunda; el control de los factores que inducen a las crisis asmáticas y la tercera, el empleo de los fármacos adecuados.




Hay dos tipos de medicamentos empleados en el caso del asma y que son los aliviadores o de rescate indicados cuando existen síntomas agudos, como la broncoconstricción, y los síntomas acompañantes, y los fármacos controladores o de mantenimiento, que se prescriben a diario y a largo plazo para alcanzar y mantener el control del asma.




Si el asma de su hijo parece tener una base alérgica, probablemente el médico lo refiera a un alergista pediátrico o un neumólogo pediátrico para que evalúe a fondo la alergia y la función pulmonar del niño. En este sentido, puede que le recomiende ponerle al niño vacunas para reducir su sensibilidad a los alérgenos que desencadenan las crisis asmáticas.




Si su hijo tiene asma, esimportante saber cuándo requiere atención médica inmediata. Por regla general, debe llamar al pediatra si el niño:
* Respira con dificultad y parece que va empeorando
* Sus ojos o las puntas de los dedos se le ponen azuleso o la piel en general parece haberse oscurecido,
* Está muy agitado, extremadamente letárgico o confundido.
* Siente dolor en el pecho, el cuello o la garganta.




Igualmente debe contactar a su doctor, pero sin tanta urgencia si su hijo
* Tiene fiebre o una tos o sibilancias persistentes que no responden a la medicación prescrita.
* Vomita todo y no puede suministrar medicación por vía oral.
* Presenta dificultad para hablar o dormir





Recomendaciones:
Permanecer tranquilo cuando se produzca un ataque e intente calmar a su hijo, ya que cuanto más miedo tenga, mayor será su disnea.
Diseñar, junto con el pediatra, un “plan de acción” para responder ante un ataque de asma severo para qué hacer.
Llevar un diario de cuándo ocurren los ataques de asma de su hijo puede ayudarle a identificar las posibles causas e inclusive puede aprendar a anticipar las crisis. Si, por ejemplo, su hijo suele tener ataques cuando contrae infecciones virales, puede empiezar a darle la medicación contra el asma cuando presente los primeros síntomas de infección.
Ayudar que su hijo se desarrolle con normalidad y permítale, después de haber hablado con su médico, ciertas actividades como deporte, natación, etc
Evitar al máximo que el niño pierda clases.
Conseguir que el niño duerma bien por las noches.
Administrar a su hijo los medicamentos recetados por el médico. Si, a pesar de ello, la situación no mejora, debe ponerse en contacto con su médico.
Planificar las vacaciones así como también la elección de una profesión deberán ajustarse a lo que exija la enfermedad.
Eliminar del entorno de su hijo, en lo posible, los factores que desencadenan los ataques de asma incluyendo irritantes como humo de tabacco, animales domésticos, plantas alergénicas o determinados alimentos.

Convulsiones en niños pequeños

Los padres que experimentan que sus hijos pasen una crisis convulsiva lo viven como una experiencia verdaderamente traumática, por ello conozcamos las causas por las que pueden producirse convulsiones en niños pequeños para saber cómo actuar.


Las convulsiones son descargas eléctricas cerebrales que se manifiestan con movimientos espasmódicos, de contracción y relajación involuntaria de músculos. Se pueden dar por diversos motivos en bebés y niños pequeños: una causa es la fiebre alta, infecciones como la meningitis o encefalitis, epilepsia, intoxicación con sustancias químicas y otras más raras.




Por ello es necesario acudir a la sala de urgencias para que a través de un encefalograma o una tomografía se determine las causas de la crisis convulsiva. Hay que tener en cuenta que el 3% de los niños entre 6 meses y tres años pueden presentar convulsiones febriles sin que haya infección del sistema nervioso. Asimismo, hay que tener en cuenta que el 97% de todos los niños que presentan convulsiones febriles no desarrollan epilepsia, aunque una vez que hubo un episodio de convulsión febril puede lelgar a repetirse.


Si tu hijo padece un cuadro de convulsión, ponlo tumbado de lado, así evitarás la aspiración de alimentos si vomita. No pongas nada en su boca. Comprueba que el niño puede respirar bien. No lo arropes. Trata de observar lo que está ocurriendo para poder explicárselo al médico. Intenta controlar cuánto dura la convulsión, ya que suelen cesar antes de 10 minutos. Cuando te dirijas al centro médico, conduce con precaución puesto que unos minutos de tardanza no agravarán el cuadro y así evitarás un accidente de tráfico.

LOS PRIMEROS PASOS DEL BEBÉ

No hay nada más placentero y a la vez más desafiante para los padres que el poder ver que su bebé empieza a dar sus primeros pasitos. Es un momento realmente especial, que marca una etapa. El bebé crece, ya se sienta, se levanta, da vueltas, se pone de pie, se agarra a los barrotes de la cuna, y desde hace algunas semanas no para de arrastrarse y de gatear por todos los rincones de la casa. Su sentimiento de libertad es contagioso.




El poder moverse es divertido y un paso importante en el desarrollo de sus destrezas y confianza. El bebé ya no para de moverse. Ahora se distrae sosteniéndose en los muebles y en todo lo que pueda, para buscar apoyo y estar de pie por más tiempo, y poder interactuar con las personas y las cosas. Falta muy poco para que él camine por sí mismo. Falta poco para que vosotros, los padres, se sitúen a una distancia de él, y le llamen para que camine hacia vosotros. Y el bebé vendrá, sonriendo, con los brazos algo equilibrados, y dará un paso tras otro, hasta poder abrazarlos. Os sentiréis los padres más felices y orgullosos del mundo, y vuestro bebé estará cumpliendo más una etapa de su crecimiento.






La edad de los primeros pasos
No existe una edad determinada para que el bebé empiece a caminar. Es igual cuando el bebé dice la primera palabra o el primero balbuceo. Algunos bebés empiezan a caminar a los nueve meses, y otros a los 12 o 13 meses de edad. Los padres solamente deben empezar a preocuparse cuando el bebé no camina a partir de los 18 meses. En este caso, es necesario que acudan al pediatra para que reciban la orientación necesaria, o que descarten algún problema en este sentido.
Algunos expertos afirman que el caminar del bebé es genético. Si sus padres caminaron en una edad temprana, el bebé también lo hará. Lo mismo ocurrirá si hubo algún retraso. Aparte de eso, el caminar temprano o no está relacionado con el físico del bebé, con su peso, su estatura, si tiene algún problema o algún trastorno, si hace ejercicios, si recibe o no estímulos en este sentido. Todo depende también de su entorno.


Pasos seguros
La independencia no siempre es algo muy fácil de alcanzar. También necesita orientación y apoyo. Y muchísimo control. Cuando los padres notan que el bebé desea dar sus primeros pasitos, sin sujetarse en sus dedos o manos, o sin agarrarse a los muebles, el cuidado y la seguridad es muy importante. En esta etapa, una caída puede representar una vuelta atrás en el proceso. Por esta razón, es sumamente necesario que mantengan al bebé siempre en un ambiente protegido y con seguridad. Eso quiere decir que el bebé debe moverse en un ambiente seguro, donde no haya objetos puntiagudos, ni esquinas sin protección, y libre de riesgos como los enchufes de electricidad expuestos. Que sea un ambiente tranquilo, limpio, y con mucho espacio libre.


Cuando el bebé se cae
Muchas veces las caídas son inevitables. En el caso de que el bebé lleve algún golpe al tentar mantenerse de pie solito, cuidado para no asustarle más con tu reacción. El miedo, el susto, y la inseguridad también se aprenden. Cuando el bebé se golpee, intente calmarle y consolarle con ánimos, para que él vuelva a intentar caminar otra vez. Felicítale por la tentativa, y refuerce positivamente su esfuerzo para moverse. De lo contrario, el bebé solo valorará el fracaso, se frustrará, y sentirá que su tentativa de caminar no vale la pena. Si sigues animándole, muy pronto te verás sacando una foto o filmando a tu bebé dando sus primeros pasitos.







viernes, 5 de agosto de 2011

Guia infantil y mas: ¿Es difícil aceptar a los hijos tal y cómo son?

Qué difícil para muchos padres aceptar a sus hijos tal y como son, ¿verdad? Especialmente cuando el hijo sale con un carácter y unos intereses completamente diferentes as los de ellos. Algunos llegan a sentirse defraudados porque para ellos el hijo no puede desilusionarlos y por lo tanto eso de que educar es ayudar al niño a realizar sus potencialidades, está fuera de su contexto.
Forzar a que el niño sea quién no es, se considera manipulación, abuso y una gran falta de respeto. Les cuento todo eso porque conozco a padres que están siempre pendientes de los hijos, casi de una forma obsesionada, preocupados con lo que van a decir, hacer o cómo van a comportarse. Hay padres que están todo el tiempo juzgando y exigiendo que los pequeños sean tal y cómo son ellos. Les observan, les corrigen, intentan hacerlos parecidos a si mismos, intentan cambiar su forma de ser, de ver las cosas, intentan cambiar sus gustos, sus aficiones, su carácter, e incluso sus reacciones y tendencias, como si de un producto en serie se trataran.



Conozco a un padre que le encanta jugar al tenis, al baloncesto, pero a su hija no le apetece. El padre siempre la desacredita delante de los demás, diciendo que ella se parece a una pata coja y cosas por el estilo. Hay una madre que también no se muestra contenta con las notas que saca su hijo en el colegio. Siempre nos cuenta que ella solo sacaba buenas notas y que no sabe "a quién a salido el niño", porque no se interesa por nada, ni por los estudios ni por su futuro. Los niños son seres libres como en su día lo fuimos nosotros. Entonces, ¿por qué exigir tanto de estas pequeñas criaturas?


El padre es muy comunicativo y no entiende porque su hijo es tan tímido. La madre es coqueta y no acepta que su hija no quiera llevar faldas. El padre que juega súper bien al fútbol y se indigna con que su hijo no consiga ni manejar una pelota. Veo tantos padres disgustados por la forma de ser de sus hijos... ¿Por qué los hijos deben cuadrar nuestras expectativas? ¿Por qué intentamos moldearlos según nuestro antojo, voluntad y deseo? Una cosa es que ayude a tu hijo a superar algo que no le hace bien, por ejemplo, las actitudes agresivas, los malhumores, la pereza, la vergüenza, la ansiedad, depresión, hiperactividad, autismo, o que le motivemos en lo que le gusta hacer; otra cosa muy diferente es que le obliguemos y estemos día tras día, detrás de ellos con el mismo discurso de por qué no hace eso o aquello, de por qué no eres así o asado...


Todo eso me acuerda de lo que me escribió una madre cuando hicimos un artículo sobre las habilidades de su hijo autista. Ella dijo que cuando acreditamos en los hijos, ponemos un grano de arena más en la construcción de su autoestima, de su ego y de sus realizaciones. No importa qué prefiere el niño, si natación, danza, arte, tecnología, etc. Nuestro apoyo debe ser incondicional ya que es lo que le ayudará a desarrollar sus dones. ¿Qué sufrimientos pueden causar a los niños cuando sus padres les exigen ser lo que no son? Sé que a veces puede resultar muy complicado para un padre aceptarlos tal y como son. Sin embargo si eso es así tan difícil, deberías pensar en lo difícil que es para tu hijo no sentirse aceptado por sus padres.

Guia infanil y mas: La importancia de jugar.


Los juguetes son una herramienta vital que favorece el desarrollo mental, físico, emocional y social de los niños. Para cada etapa de la niñez existe diversidad de juegos que ayudan al desarrollo del menor.


Para la época de navidad la pregunta más frecuente que se hacen los padres es qué juguete es el más adecuado para regarle a sus hijos, actualmente el mercado ofrece gran variedad de productos que van de acuerdo a las etapas y desarrollo del niño. “Los más sencillos los menos elaborados de cero a dos o tres años de edad, ya después empiezan los de construcción”, afirmó la terapeuta ocupacional, Clara Lucia Rojas. En la primera etapa de vida, de cero a tres años de edad los juguetes más adecuados para un niño son aquellos fabricados en materiales que no representen riesgo para el menor, que le permitan explorar formas, colores, texturas y tamaños. “Se buscan texturas suaves, que sean planas, que no tengan ningún tipo de unión que puedan quitarse fácilmente. Entre ellos encontramos los rollos, los tapetes plásticos”, señalo Rojas. Los juguetes más recomendados para esta etapa son cubos que le permitirán al niño armar y crear formas, balones, instrumentos musicales sencillos y fichas que permitan despertar la imaginación y creatividad del niño. “Lo importante es que los papás tengan tiempo de compartir con sus hijos y sobretodo que los juguetes no representen ningún tipo de riesgo para ellos”, manifestó la terapeuta. El juego es importante para el desarrollo individual y social del ser humano, ya que educa y permite un buen desarrollo.

Guia infantil y mas: Cuide a los niños de sus miedos.


Los temores o fobias suelen desarrollarse entre los 3 y los 6 años de edad. Muchos de estos miedos que aparecen en los primeros años de vida son inducidos por factores externos. No tratar a tiempo estas sensaciones puede generar traumatismos para toda la vida.


Monstruos, duendes y brujas son algunos de los personajes tradicionales en las fantasías infantiles, en esta etapa de la vida los niños no diferencian los peligros reales de los imaginarios, pero cuando el niño empieza a tener miedo a los animales, insectos, ruidos y a la oscuridad, puede haber peligro. “Cuando ya se vuelve irracional o es una fobia, es cuando deja de ser bueno para la persona, en el momento en que afecte sus condiciones habituales de vida”, afirmó la sicóloga, Paola Pardo. Es clave acompañar al niño en la superación de sus miedos. “Contarle historias donde ese estímulo que está generando el miedo, esté presente, luego presentarle imágenes para que el cerebro empiece a adaptarse”, señaló Pardo. Es importante crear una relación basada en el amor y la confianza. “Permitir al niño tener autonomía frente a muchas actividades, al juego, incluso a la comida, siempre apoyados y supervisados por los adultos”, aseguró la pediatra, Olga Lucia Baquero. Los miedos son sensaciones y sentimientos que se generan a partir de unas condiciones específicas. Hable con el niño y genere una clase de aproximación con ese estímulo, para que él comprenda que nada malo le va a pasar.

jueves, 4 de agosto de 2011

Guia infantil y mas: Insomnio en los niños.


Uno de los dramas de los padres llega a la hora de enviar a sus hijos a la cama. A muchos menores de cinco años les cuesta conciliar el sueño. Una pediatra entrega sus mejores recomendaciones para vencer el insomnio de los pequeños.


Si su hijo da muchas vueltas para ir a la cama y no duerme las horas suficientes puede estar sufriendo de un trastorno del sueño. “Más o menos al año duerme como unas 14 horas, hacia los dos añitos pueden dormir unas 13 horas y ya llegando a los cinco años se disminuye dramáticamente como hasta las 10 horas”, puntualizó la pediatra, Fanny Escobar. Los expertos recomiendan evitar algunos alimentos que pueden influir en el insomnio de los pequeños como las bebidas colas, comidas muy condimentadas y chocolates, entre otros. “La comida en la noche tiene que ser una comida más liviana y debe ser por lo menos una o dos horas antes de dormir para que el niño tenga un mejor dormir, que haya tenido como el proceso de la digestión”, agregó Escobar. La habitación también juega un papel importante en la calidad del sueño de los niños, por eso tenga en cuenta las recomendaciones de los especialistas. “Que sea muy fresca, que no haya ruidos, que sea confortable y evitar que haya exceso de estímulos una hora antes de dormir para que el niño pueda dormir de forma adecuada”. Evitar que los pequeños duerman más de tres horas durante el día y establecer un horario estricto de sueño también ayuda a que los niños duerman como un bebé.

Guia infantil y mucho mas: Cuidado con la neumonía.


Esta infección respiratoria es la principal causa de muerte entre los menores de 5 años de edad. Cada año en el país mueren trescientos niños por la enfermedad. Las principales señales de alerta son la respiración rápida, tos y fiebre.


La neumonía no siempre comienza como una gripa común. “Súbitamente el niño puede presentar tos, fiebre o dificultad respiratoria y desarrollar una neumonía”, explicó la neumóloga, Élida Dueñas. Esta infección respiratoria es producida por una bacteria o virus que se encuentra en el ambiente. “Generalmente se transmite de un niño a otro o de una persona adulta a un niño, o viceversa”, aclaró la Neumóloga. Las personas más vulnerables a sufrir esta infección son los menores de 5 años de edad y los mayores de 65 años. El decaimiento y la falta de apetito acompañados de tos y fiebre son los síntomas más comunes. “Cuando un padre sospeche que su hijo tiene neumonía debe acudir de inmediato a un hospital”, agregó Dueñas. El hacinamiento, el tabaquismo y el difícil acceso a los servicios de salud dificultan el tratamiento oportuno de la neumonía. No olvide consultar a su médico periódicamente.

Guia ifantil y mucho mas: Piel de los niños y sus cuidados


La piel de los niños es quizá la zona más delicada, por eso debe cuidarse desde el inicio de su vida con medidas simples como el tipo de jabón.


La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y a su vez el más delicado. En los niños debe ser cuidado desde el nacimiento para evitar enfermedades. “Usar un jabón muy suave ojalá que sean jabones que no tengan detergentes, o sea, que no agredan la piel”, dijo la dermatóloga Clara María Escobar. El jabón durante el baño debe ser usado únicamente en ciertas partes del cuerpo. “Cómo deben bañar los niños, sólo un poquito de jaboncito en las axilas, en los genitales y en los pies, nada de aplicarle los bracitos, ni en el tronco, nada de eso”, aseguró Escobar. Después del baño del cuerpo y la cara se deben tomar otras medidas para evitar fuertes resequedades e irritaciones en la piel de los pequeños. “Siempre después del baño una buena hidratante, cuáles son las hidratantes buenas, las que no tengan muchos preservativos, ni muchos perfumes porque muchas veces en esas pieles tan delicaditas, esos perfumes pueden generar reacciones”, añadió Escobar. El bloqueador debe ser de uso diario, en los bebés se puede utilizar a partir del tercer mes. Una afección muy común en los pequeños es la pañalitis. Muchas veces esa irritación no se produce ni por el pañal ni por la orina y debe ser tratada por un especialista. El tratamiento de esta clase de dermatitis se realiza con cremas medicadas y con el lavado, con abundante agua, de la zona afectada.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Guia infantil y mas: Sepa cómo actuar en caso de presentarse una emergencia con sus hijos

Cuando se presente una urgencia pediátrica, no acuda a ungüentos ni a recetas caseras, ni mucho menos se automedique.



Con frecuencia, los accidentes más comunes en los niños se agravan por el desconocimiento de los padres. Es así como llegan a las salas de emergencia heridas con café, sal, cebolla y hasta telarañas. Pregunte y no improvise, pues algunos de estos productos son ideales en la cocina, pero nocivos para tratar afecciones en el organismo.


“La mejor manera de saber cómo actuar ante una emergencia es prevenirla. Por eso, los adultos primero deben saber cuáles son los riesgos más importantes que se presentan en cada etapa”, explica Olga Lucía Baquero Castañeda, médica pediatra y presidenta de la Sociedad Colombiana de Pediatría de la regional Bogotá.


En los menores de cinco años, las caídas de altura son frecuentes porque en esa etapa aprenden a caminar. Para prevenirlas, coloque pisos antideslizantes y cerciórese de que puertas y balcones estén cerrados. Si, a pesar de eso, se presenta un accidente, observe signos de alarma en cada situación y antes de proceder a atenderlo, acuda inmediatamente a urgencias.


“Si después de caerse pierde el conocimiento, tiene alteraciones en sus estados de alerta, es decir, se duerme o se agita; si presenta dolor de cabeza o vomita, definitivamente algo no está bien. No hay que subestimar este tipo de accidentes, pues, incluso, caerse de la cama puede ser grave en los menores de cinco años”, dice Baquero.


Si el menor sufre trauma craneoencefálico, como resultado de haberse caído, no hay que darle alimentos, bebidas ni medicamentos y procure que no se duerma. “No es que el sueño cause un daño neurológico, pero si está dormido es difícil evaluar síntomas, como convulsiones y vómito, para determinar si hubo un daño serio”, afirma Norberto Navarrete, médico especialista en emergencias. Tampoco lo movilice del sitio del accidente a otro, pues esto puede generar lesiones mayores. Por supuesto, es un error mayúsculo colocar sobre la cabeza aceites, café o cremas. Si hay hematomas, no acuda a un pedazo de carne fría o a un paquete de arvejas salido del congelador. Si está sangrando, coloque una gasa sobre la herida haciendo presión.


Para que esta y otras urgencias no lo agarren desprevenido, la Secretaría de Salud de Bogotá, la Cruz Roja y otras entidades ofrecen cursos de primeros auxilios en donde aprenderá cómo hacer una reanimación cardiopulmonar o ejecutar técnicas de desatoramiento.
Mientras se inscribe a alguno de estos cursos, siga las siguientes recomendaciones. Le serán muy útiles para saber qué errores evitar, mientras llega al hospital y su hijo es atendido por especialistas.


Atoramientos, intoxicaciones y ahogamientos
Los niños menores de cinco están en la etapa oral, lo cual significa que todo lo que tengan cerca querrán introducirlo en su boca. Esto aumenta el riesgo de que sufran de atoramiento, la principal causa de mortalidad en el hogar. “Cuando ocurre, se interrumpe la entrada del aire en la vía respiratoria. Por eso, en minutos se puede perder la vida”, explica la doctora Baquero. Para que esto no le pase a usted, no deje que los niños tengan a su alcance objetos pequeños que les quepan en la boca y motívelos a comer despacio. Además, aprenda a realizar correctamente maniobras de desatoramiento para desobstruir el conducto respiratorio, de acuerdo con la edad del menor. “No le dé palmadas en la espalda ni trate de darle alimentos para que el elemento se vaya al fondo. Más bien, haga que tosa. Si está entrenado para desatorarlo, hágalo. De lo contrario, absténgase, pues una compresión abdominal inadecuada se puede asociar a fracturas de huesos”, dice el doctor Navarrete.


Si su hijo ingirió por accidente el medicamento del abuelo o del papá que estaba sobre la mesa y se intoxicó, no induzca al vómito. “Se puede broncoaspirar, es decir, el contenido gástrico puede pasar a los pulmones”, comenta el doctor Navarrete.


Tampoco le de leche ni alimentos para contrarrestar el efecto. Si reconoce la sustancia que entró a su organismo, muéstresela al médico de urgencias. De esta manera, será más fácil determinar qué pudo haberle causado daño y la manera de proceder al respecto.


Otro incidente habitual en los menores de cinco años son los ahogamientos. “La gente cree que los niños solo se ahogan en una piscina, en el río o en el mar. Sin embargo, se pueden ahogar en cinco centímetros de agua en un balde o una tina”, afirma la doctora Baquero.


El error más recurrente frente a este incidente es descuidar al pequeño, creyendo que alejarse por unos segundos para contestar el teléfono no representa ningún peligro. “En ese espacio de tiempo, el niño se resbala, el agua le cubre la cara y le entra a la vía respiratoria. El manejo es la reanimación cardiopulmonar”, añade la experta.

Otras urgencias
•Enfermedades respiratorias: pueden convertirse en una emergencia cuando se presenta una infección bacterial. En ese caso, no dar antigripales, ni jarabes para la tos que imposibiliten la expectoración de las secreciones.
•Quemaduras: aplique agua fría de la llave durante 10 minutos para disipar el calor que se ha acumulado en el tejido. Este puede lesionar la piel hasta por cuatro horas después del accidente. Prohibidos los ungüentos, cremas, aceites y productos comestibles y no le dé alimentos ni le ponga hielo.
•Diarrea: no le dé gaseosas, ni medicamentos para detener las deposiciones diarreicas. Si es un lactante, no le quite la leche. Manténgalos hidratados. Si empieza a vomitar y no tolera la vía oral, llévelo al médico.